viernes, 11 de mayo de 2012

...El robo...


He descuidado mucho el blog desde hace mas de un mes, aunque no gratuitamente. Muchas cosas que atender, pero quizás el evento que mas me desconcentro no solo del blog, sino de todo lo  demás, fue el robo que sufrí en mi depto. hace algunas semanas.

Considero, en todo caso, que ya se me enfrió la cabeza lo suficiente como para no postear un vómito de rabia en plena web.

Había salido un sábado en la tarde, como muchos otros, a hacer compras al súper lo cual no toma más de 1 hora. Regresando muy cargado de bolsas al edificio, subo a mi depto. como siempre lo hago. El único evento “raro” fue un mensajero que hablaba con el conserje del edificio y me detuvo un momento para hacerme una consulta sobre una factura de un radiotaxi (¿???). Cuando ingreso al depto. veo la luz del pasillo encendida e inocentemente pienso: “que raro, no recuerdo haberla prendido”. Luego cuando dejo las bolsas en el sillón, me aproximo a mi cuarto y veo que mi laptop no estaba donde la deje y de nuevo inocentemente pensé: “mmm, ¿acaso no la dejé ahí? La debo haber dejado en la mochila sin darme cuenta”. Luego se me cortó la respiración y se me aceleró el bobo cuando me di cuenta que no había mochila, y que encima de mi cama estaba la caja donde venía guardando mucho sencillo desde hacía meses volteada y vacía. Acto seguido reviso bien la habitación para darme cuenta que mi cámara de fotos (comprada hace poco) tampoco estaba, y que habían tomado dinero que estaba guardado en un cajón. Es importante indicar que en ese preciso momento el cerebro viaja muy rápido y cualquier posibilidad de adaptarse al evento y seguir adelante parece inexistente, mas aún cuando se vive solo en otro país en calidad de estudiante. Luego hubo un tramite muy largo con policías, los dueños del depto. el conserje, el administrador del edificio, etc. en el cual caí en cuenta viendo los videos de las cámaras que el conserje fue distraído por el tipo que preguntaba por la factura de radiotaxi para que ingresen 2 mas al depto. Lo mas tétrico fue ver como me los cruce en el primer piso del edificio cuando salían del ascensor con mis cosas y las de mi compañero.

Finalmente pasaron los días y la sensación de shock y preocupación dio paso a la cólera y a la indignación. Las cosas materiales pasaron aún segundo plano y el primero lo tomo la sensación impotente del espacio personal violado. De alguna manera mi sentido de alerta disminuyó en Chile ya que el crimen no está tan a la vista como en Perú (lo cual no quiere decir que no exista) y esto quizás incrementó la sensación de shock al darme cuenta del robo.

Moraleja jóvenes…(1) Nunca confiarse de la seguridad del edificio en que se vive, (2) Que el crimen no sea aparente, no quiere decir que no esté allí, (3) Las cosas materiales duelen menos que la violación del espacio personal.

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