He
descuidado mucho el blog desde hace mas de un mes, aunque no gratuitamente.
Muchas cosas que atender, pero quizás el evento que mas me desconcentro no solo
del blog, sino de todo lo demás, fue el
robo que sufrí en mi depto. hace algunas semanas.
Considero,
en todo caso, que ya se me enfrió la cabeza lo suficiente como para no postear
un vómito de rabia en plena web.
Había
salido un sábado en la tarde, como muchos otros, a hacer compras al súper lo
cual no toma más de 1 hora. Regresando muy cargado de bolsas al edificio, subo
a mi depto. como siempre lo hago. El único evento “raro” fue un mensajero que
hablaba con el conserje del edificio y me detuvo un momento para hacerme una
consulta sobre una factura de un radiotaxi (¿???). Cuando ingreso al depto. veo
la luz del pasillo encendida e inocentemente pienso: “que raro, no recuerdo
haberla prendido”. Luego cuando dejo las bolsas en el sillón, me aproximo a mi
cuarto y veo que mi laptop no estaba donde la deje y de nuevo inocentemente
pensé: “mmm, ¿acaso no la dejé ahí? La debo haber dejado en la mochila sin
darme cuenta”. Luego se me cortó la respiración y se me aceleró el bobo cuando
me di cuenta que no había mochila, y que encima de mi cama estaba la caja donde
venía guardando mucho sencillo desde hacía meses volteada y vacía. Acto seguido
reviso bien la habitación para darme cuenta que mi cámara de fotos (comprada
hace poco) tampoco estaba, y que habían tomado dinero que estaba guardado en un
cajón. Es importante indicar que en ese preciso momento el cerebro viaja muy
rápido y cualquier posibilidad de adaptarse al evento y seguir adelante parece inexistente,
mas aún cuando se vive solo en otro país en calidad de estudiante. Luego
hubo un tramite muy largo con policías, los dueños del depto. el conserje, el
administrador del edificio, etc. en el cual caí en cuenta viendo los videos de las cámaras que el conserje fue distraído por el tipo que preguntaba por la factura de radiotaxi para que ingresen 2 mas al depto. Lo mas tétrico fue ver como me los cruce en el primer piso del edificio cuando salían del ascensor con mis cosas y las de mi compañero.
Finalmente
pasaron los días y la sensación de shock y preocupación dio paso a la cólera y
a la indignación. Las cosas materiales pasaron aún segundo plano y el primero
lo tomo la sensación impotente del espacio personal violado. De alguna manera
mi sentido de alerta disminuyó en Chile ya que el crimen no está tan a la vista
como en Perú (lo cual no quiere decir que no exista) y esto quizás incrementó
la sensación de shock al darme cuenta del robo.
Moraleja
jóvenes…(1) Nunca confiarse de la seguridad del edificio en que se vive, (2) Que
el crimen no sea aparente, no quiere decir que no esté allí, (3) Las cosas
materiales duelen menos que la violación del espacio personal.
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