...Luego de varias semanas de haber retornado a la ciudad y
unas menos de post-mudanza, disfrutando el nuevo hogar y mapeando el nuevo
barrio, empieza una extraña sensación de cuenta regresiva.
Aún estoy con chip de estudiante y falta poco mas de una
semana para empezar en un nuevo trabajo, y con esta nueva etapa, una nueva
distribución de tiempos. Si bien me siento afortunado de haber podido acceder en poco tiempo a un trabajo, me encuentro deseando no caer en aquel umbral donde todo lo
personal reduce substancialmente su peso frente a lo laboral. Así disfruto mis últimos
días como “amo de casa”...esperando también tener el temple para no dejar que
los dos mundos se descompensen entre ellos (ya me ha pasado antes y es
horrible) y terminar reducido a una rutina monolítica y aburrida.
No queda otra que demarcar con alambre de púas y cerco eléctrico
los espacios personales que por suerte tengo sin restarle atención al trabajo.
Entraré nuevamente a ese mundo...pero los proyectos personales y el hogar jamás quedarán en segundo plano.
Sencillamente le cederán un pequeño trozo
del primer plano al mundo laboral...
P.D: Se que suena imposible, pero hay que intentarlo...
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