Empiezan semanas de extremo stress en el magíster asi que para no perder la costumbre y al mismo tiempo no hacer uso irresponsable de mi tiempo que haga rabiar a mis compañeros de grupo, la haré corta.
Definitivamente el clima es distinto en Santiago, sobre todo para los que vivimos arriba del trópico de Capricornio. Estos meses de estacionalidad intermedia suponen cambios muy bruscos de temperatura asi como una inminente deshumedización del aire que hace que a uno la garganta se le ponga como cartón viejo y que las fosas nasales parezcan cavernas llenas de estalactitas. De hecho, de una semana para otra la temperatura máxima se vino abajo de unos 25-30°C a unos 11-12°C .
En mi caso esa fluctuación térmica tan marcada, mas los múltiples trabajos grupales, mas todos los papers que hay que leer, mas ir a clases y finalmente gestionar el tema comida que cuando uno mismo se las ingenia toma una porción no despreciable del día; hace terriblemente difícil raspar un poco mas de disciplina del fondo de la olla para atacar 2 cosas básicamente: hacer deporte y leer recreativamente.
Mil y un veces sucedió ya la maldita situación en la que por mas que se deja la ropa lista para ir a correr desde la noche anterior, o se separa una hora dentro de la agenda para agarrar ese libro que esta esperando que se le termine desde hace meses; el maldito cansancio que no se disipo durante la noche o la incapacidad de predecir con exactitud cuanto de mi tiempo abarcaran ciertas actividades terminan por despedazar las buenas intenciones por completo.
Siempre sentiré una envidia ridículamente iracunda pero al mismo tiempo mezclada con admiración por aquellos que si logran generar esos espacios. En todo caso nada mas me queda que seguir probando hasta que logre engancharme…
Pa la lectura, nada mejor que el baño, compadre.
ResponderEliminarAunque claro, luego tus compañeros de piso te terminan odiando por tronear tanto. Pero vamos, que funciona, funciona.